viernes, 21 de enero de 2011

MANEJO DEL PACIENTE SUICIDA, DESDE EL NIVEL DE ATENCION PRIMARIA

              La palabra "suicidio" proviene del latín sui (sí mismo) y caedere (matar) que lo define como el hecho de matarse a sí mismo. La OMS define "el acto suicida" como toda acción por la que un individuo se causa a sí mismo un daño, con independencia del grado de intención letal y de que conozcamos o no los verdaderos motivos (OMS, 1976). Otros consideran el suicidio como una conducta encaminada a la eliminación de la propia vida que implica directamente un fallo del instinto de conservación.

              

CLASIFICACIÓN


             Desde el punto de vista de la psicopatología podemos distinguir cuatro tipos de suicidio (Ocio, 2004):

POR ABANDONO PUNITIVO (intento de suicidio): No es de una conducta contra el instinto de conservación de la vida; la finalidad no es la muerte, sino que se recurre al intento de suicidio como último sistema desesperado de entablar una comunicación. Se adivina un contenido de chantaje afectivo y el sujeto deja escaso margen de posibilidades de alcanzar la muerte, se trata de personas que lo han intentado varias veces y con cierto aire teatral. Debemos de tener en cuenta que en ocasiones, dicha conducta, puede alcanzar su fin.

POR EVASION ANTE DIFICULTADES VITALES: Sobre todo, ante abandono afectivo (lutos, separación, etc.), puede aparecer la muerte como la única solución al problema de vivir solo.
Este tipo de suicidios es muy de temer en personas que desde su infancia han sufrido rechazos afectivos, ya que ante un nuevo rechazo, puede aparecer la conducta suicida. En este grupo es muy importante la impulsividad, que en determinados suicidas, es más fuerte que la motivación.

SUICIDIO COMO AUTOCASTIGO: La conducta suicida aparece como un síntoma dentro del cuadro de depresiones endógenas o en las depresiones involutivas. También se da en personalidades sensitivas que desarrollan cuadros depresivos al no alcanzar la meta "triunfo" deseada.

SUICIDIO DELUSIVO: Las motivaciones son muy variadas, en general el enfermo llega a él de formas muy extrañas (tragando piedras, quemándose, ahogándose en un cubo, etc.). Es frecuente la coexistencia con brutales automutilaciones, principalmente de órganos sexuales (castración, etc.). Detrás de un suicidio de este tipo puede existir: Ideas delirantes persecutorias o místicas (tiene que cumplir una misión, reunirse con los elegidos, se lo ordena una voz, etc.), o simples deseos, (por ejemplo: quiere salir andando por la ventana de un 4º piso). Dentro de este grupo hay que incluir los suicidios cometidos bajo la influencia de drogas psicodislépticas (LSD, etc.) ya que tienen las mismas características.

FACTORES SOCIODEMOGRÁFICOS

* Los hombres tienen una mayor tasa de suicidios consumados y las mujeres de tentativas.
* Edad avanzada, con una máxima incidencia de suicidio en los 75 años para los hombres y en los 55-65 años para las mujeres. También son un grupo de alto riesgo los adolescentes.
* Estado civil: más frecuente en personas viudas, separadas y solteras, que viven solas.
* La ausencia de creencias religiosas.
* El desempleo o el trabajo no cualificado, la jubilación, las situaciones de cambio, de ruptura o desarraigo son también factores de riesgo suicida.

Antecedentes personales: Intentos de suicidio previos. Aunque dos terceras partes de los suicidios ocurren en el primer intento, el tener tentativas previas se considera un factor de riesgo. Entre el 25 y el 50% de los actos consumados tienen historia conocida de intentos previos. Existe una tendencia a repetir los mismos gestos suicidas. El intento de suicidio previo es el mejor predictor futuro de suicidio consumado.

La presencia de enfermedad psiquiátrica: Más del 90% de los pacientes que se han suicidado tenían un diagnóstico psiquiátrico en el momento de la muerte, sobre todo depresión (30-70%), abuso de sustancias (alcoholismo o toxicomanías) (15-25%), esquizofrenia (más del 10% fallecen por suicidio) y trastorno de personalidad (25%). 

Síntomas psiquiátricos inespecíficos como desesperanza, ansiedad, agitación. Los sentimientos de desesperanza son un factor prospectivo independiente de riesgo de suicidio. Es más peligrosa la desesperación que la pasividad y la autoculpa que culpar a los demás.

Factores situacionales como estresores psico-sociales (abandono o pérdidas de familiares) y disponibilidad de métodos, como por ejemplo disponer de armas de fuego.

Enfermedad somática crónica y de mal pronóstico, como accidente vascular encefálico, esclerosis múltiple, SIDA, cáncer, etc. Aproximadamente en el 50% de los intentos se aprecia enfermedad física, destacando el dolor crónico, las enfermedades crónicas o terminales (cáncer, SIDA: 4% del total), y las intervenciones quirúrgicas o diagnóstico reciente de lesiones invalidantes y deformantes.



Manuel J. Gómez M.
Electrónica del Estado Sólido
Sección: 02

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